Origen

Según la tradición, la princesa griega Irene Láscaris pasó por Montblanc mientras se dirigía a Zaragoza llevando consigo una imagen de la Virgen. Al llegar a una colina cercana a la villa, los bueyes que tiraban de su carruaje se detuvieron y se negaron a seguir avanzando. Este hecho se interpretó como una señal de que la imagen debía permanecer en aquel lugar. La princesa solicitó permiso al rey Jaume II para construir un convento, y así nació el monasterio de la Serra en el año 1296. Desde entonces, las monjas clarisas veneran a la Virgen de la Serra, que se convirtió en la patrona de Montblanc y en un símbolo de gran devoción para la población. Su coronación canónica en 1906 marcó un acontecimiento histórico y, desde entonces, cada 25 años se conmemora con una celebración extraordinaria.