La recuperación (S.XVIII-XIX)

Pese a las negativas consecuencias de la guerra de Sucesión, con más saqueos a la villa, y alguna otra epidemia, inundaciones y malas cosechas, el siglo XVIII significó la recuperación de Montblanc gracias al desarrollo agrícola.

Durante la segunda mitad del siglo se vivió una verdadera explosión demográfica. Llegan emigrantes y la población crece cerca de un 300%. Esto supuso que se edificase nuevamente: se levantan terceras plantas, se recuperan antiguos inmuebles en ruinas, se construyó en huertos y adosado a la muralla, etc.

La actividad económica se multiplicó. La zona del Raval se convirtió en una incipiente zona artesanal e industrial, y los cultivos de cereales fueron sustituidos por la vid, que a lo largo del siglo XIX se extendió por todo el municipio hasta llegar prácticamente al monocultivo.

Las comunicaciones favorecieron el desarrollo económico del siglo XIX, puesto que facilitaron las transacciones comerciales. Se abrieron las carreteras del collado de Lilla (1821) y de Reus (1843) y, finalmente, llegó el ferrocarril (1863).

El municipio de Montblanc consiguió su máximo histórico de población en 1860 con 6.628 habitantes durante el período denominado de la Fiebre de Oro.

Entre 1873 y 1880 se construyó la carretera transversal (actual calle de la muralla de Santa Tecla), que sustituirá a la calle Mayor como zona de tránsito y provocará un nuevo desarrollo urbanístico. Se crearán nuevos servicios como la iluminación de gas, la construcción de las primeras aceras, una mínima red de alcantarillado, fuentes públicas, un nuevo cementerio, etc.

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