El crecimiento (s. XIII-XIV)

En 1170 ya aparece documentado el castillo en lo alto de la colina y un poco más abajo, la primitiva iglesia románica de Santa Maria.

Durante el siglo XII la villa recibió diferentes privilegios y favores reales otorgados para incentivar su crecimiento a la vez que ya disponía de mercado. Pero fue durante el siglo XIII cuando la villa vivió una expansión urbanística y demográfica, gracias a exenciones, prerrogativas, la concesión de ferias y mercados. También tuvo lugar la constitución del municipio.

Montblanc se convirtió en capital de veguería pasando a ser un centro administrativo, político-militar y religioso de una extensa región, y en una de las villas más importantes del sur de Cataluña. La actividad principal de sus habitantes era la agricultura, aunque abundaban los artesanos (entre los que destacaban los traperos).

En esta época se iniciaron las obras de los principales monumentos de la villa: la iglesia de Sant Miquel, los conventos de Sant Francesc, la Serra y la Mercè, y los hospitales de Sant Bartomeu y de Santa Magdalena. Y también de algunos edificios civiles como el Ayuntamiento, el Palacio Real y el casal de los Josa.

Se pobló la judería que, con el paso de los años, adquirió una gran importancia económica y comercial.

La villa llegó a su máximo esplendor durante la primera mitad del siglo XIV cuando se consolidó como una población con un peso político importante y con una dinámica socioeconómica destacada. Se convirtió en la séptima ciudad de Cataluña donde se celebraron, en cuatro ocasiones, Cortes Generales. Además, en 1387 se creó el Ducado de Montblanc.

En el siglo XIV se continuaron las obras ya iniciadas y se comenzaron las más emblemáticas de la villa: el recinto amurallado y la iglesia gótica de Santa Maria. También se construyó la iglesia-hospital de Sant Marçal y el palacio Alenyà. El municipio realizó una mejora de los servicios más necesarios como: el cubrimiento del Riuot (torrente que, en realidad, era la alcantarilla principal de la villa), baños públicos, prisión, molinos, hornos, etc.

Durante la segunda mitad del siglo XIV la villa entró en un largo período de decadencia. Una serie de epidemias y malas cosechas fueron el preludio de tres centurias de recesión.